El Museo de Coches y Juguetes DFW Enriquece su Colección con un Histórico Datsun 240Z Coupé de 1971
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La última adquisición del Museo de Coches y Juguetes DFW, un Datsun 240Z Coupé de 1971, representa mucho más que una simple adición a su impresionante colección. Este modelo de la Serie 1, meticulosamente restaurado en 1992, se erige como un pilar fundamental en la historia de la restauración automotriz, especialmente para los deportivos japoneses. Su papel en el inicio del Programa de Restauración de Vehículos Clásicos de Nissan Norteamérica durante la década de 1990 subraya su importancia histórica y cultural, marcando un punto de inflexión en cómo se preservan y celebran los coches clásicos.
Equipado con un motor L24 de seis cilindros en línea de 2.4 litros, el 240Z cuenta con 151 caballos de fuerza y 146 lb-pie de torque, cifras que hablan de su legado de rendimiento. La restauración del coche incluyó mejoras como un múltiple de escape tubular y una conversión a distribuidor electrónico, garantizando su fiabilidad mientras se preservaba su autenticidad. Características como las rejillas de ventilación únicas debajo del cristal trasero y los espejos retrovisores personalizados del mismo color, junto con la instrumentación de fábrica, resaltan la originalidad del coche y la meticulosa atención al detalle en su restauración.
Ron Sturgeon, fundador del Museo de Coches y Juguetes DFW, destaca el impacto del 240Z en la apreciación y restauración de los deportivos japoneses clásicos. Con solo 34,000 millas en su cuentakilómetros, el coche es un ejemplo impecable del legado de los Z-car, ofreciendo a los visitantes un vistazo a una era crucial del diseño e ingeniería automotriz. El museo, que alberga más de 200 vehículos clásicos y de colección, junto con más de 3,000 juguetes antiguos, ofrece entrada gratuita, haciendo accesible esta pieza de la historia automotriz para todos.
Esta adquisición no solo enriquece la colección del museo, sino que también sirve como testimonio del legado perdurable del 240Z en el mundo automotriz. Su historia es un recordatorio de la importancia de preservar la historia automotriz, ofreciendo perspectivas sobre la evolución de las prácticas de restauración de coches y el significado cultural de los automóviles clásicos. Para entusiastas e historiadores por igual, la presencia del 240Z en el Museo de Coches y Juguetes DFW es una celebración de la innovación y el patrimonio automotriz.


